El té Blanco, gracias a su proceso de elaboración, es una de las fuentes más altas en antioxidantes. Estos no se degradan ni se alteran, por lo cual sus propiedades y características se pueden aprovechar al máximo.
Las catequinas, neutralizan la propagación de los radicales libres, responsables de la degradación de las membranas celulares, y permiten el retraso del envejecimiento celular en todo tu cuerpo manteniendo la piel hidratada, evitando la aparición de arrugas.
Además, las catequinas son las encargadas de ayudar a reducir el colesterol total y el LDL (el colesterol malo). Por lo que su consumo, está asociado a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, gracias a que presenta un gran poder diurético, ayuda a la eliminación de toxinas acumuladas en el organismo, por lo cual es ideal para complementar las dietas adelgazantes.
Finalmente, sus antioxidantes presentan un efecto antiinflamatorio, antibacteriano y antiviral, contribuyendo a una buena salud bucodental ayudando a la prevención de caries e inflamación de encías.